En realidad, existen sólo dos emociones, sólo dos palabras en el lenguaje del alma.
Son los extremos opuestos de la gran polaridad que Dios creó cuando produjo el universo, y nuestro mundo, tal como hoy lo conocemos.
Estos son los dos aspectos, el Alfa y el Omega, que permiten la existencia del sistema que nosotros llamamos relatividad.
Sin estos dos aspectos, sin estas dos ideas sobre las cosas, no podrá existir ninguna otra idea.