Autor: KRINA
La mina de oro de la industria alimenticia: el “healthy food”
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard aseguraba que el término “superfood” era una estrategia de marketing de la industria de la alimentación y que lo demostraba, pues en el año 2015 los alimentos que contaban con la etiqueta de «súper» ¡habían visto incrementar sus ventas en un +36%!
El término súper alimento es más una moda publicitaria que una realidad nutricional. Una moda que incluso puede traerte problemas si no sabes lo que estás comiendo. Además, conviene tener cuidado con el procesamiento de los mismos, ya que algunos productos pueden contener en ocasiones grandes cantidades de azúcar y/o un índice muy alto de pesticidas.
Por otro lado, por el boom que han experimentado estos super alimentos, muchos de ellos han comenzado a cultivarse en otros países, como la quinoa, perdiendo parte de sus propiedades nutricionales originales. Otro tema, es que esta moda ha disparado el consumo de los superalimentos, multiplicando y hasta triplicando su precio respecto a sus países de origen.
Profesionales en Nutrición coinciden en que la información sobre los superfoods no necesariamente es tan confiable y que en muchos casos su prioridad es vender un producto re-inventado o captar nuevos consumidores, más que informar. Por otro lado, la moda de los “health coaches” (que no tienen formación en Nutrición), ha fomentado, que lejos de promover un estilo de vida más saludable, se recetan dietas y suplementos sin mayores consideraciones, lo cual puede resultar contraproducente.
Se ha vuelto todo un reto obtener información de calidad que nos permita orientarnos y aprender qué es lo más adecuado para nuestro cuerpo, más allá de las modas y tendencias, y más bien pensando a largo plazo y considerando que cada cuerpo es único y que los alimentos son una herramienta que con el enfoque correcto pueda ayudarnos, y no jugarnos en contra.
La palabra “superfood” se define como un alimento rico en nutrientes benéficos para la salud. Los denominados superalimentos son desde hace algunos años los superhéroes del mundo de la nutrición, la panacea que previene y cura todas las enfermedades habidas y por haber, etc. etc. Con una rimbombante y llamativa etiqueta que se presenta en bolsitas de semillas, hierbas, especias, harinas sin gluten de todos los colores y sabores, una amplia variedad de endulcorantes naturales, etc., tés exóticos y maravillosos, algas, bayas de tierras lejanas, y todo lo que uno se pueda imaginar a precios, en algunos casos, desorbitantes. Y… que pretenden llamar nuestra atención de que estamos ante una extraordinaria fuente de salud y energía gracias a su singular aporte, por ejemplo, de vitaminas, antioxidantes o minerales.
Existe un surtido de superalimentos tan amplio en la sección de “órganicos” o Superfood corners en los supermercados y tiendas especializadas, que uno ya necesita un manual para no volverse loco en el intento de entender todos los nuevos productos que se promocionan y que prometen reducir el colesterol, bajar de peso, excepcional contenido de vitaminas y minerales para el cuerpo, incrementan la libido y la potencia sexual, antioxidantes para prevenir el envejecimiento, mejora del sistema inmunológico, y muchos más.
Claro, hay superalimentos que no se comercializan con el mismo ímpetu ya que todos los conocemos de sobra, y que llevan años disponibles en un sin fin de formatos y que no son tan exóticos o glamorosos, como el ajo, los arándanos, las cerezas, uvas, manzanas, coco, guayabas, alcachofas, lentejas, garbanzos, zanahorias, betabel, aguacate, algunos frutos secos, los aceites de oliva y de coco, así como una lista interminable de productos que conocemos desde nuestra infancia.
Habría que preguntarse si todos los nuevos super-alimentos realmente sus consecuencias en nuestro organismo son tantas y tan poderosas como prometen y ¿se ajusta el nombre con el que se han bautizado a la realidad o hemos sido víctimas de una calculada y efectiva campaña de Marketing?
Analicemos los superalimentos más publicitados…. Por cierto, en otra sección por separado trataremos las especias más alabadas como “superalimentos”, que a final de cuentas, son especias, no alimentos como tal.
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